- Es esa clase de series formato película en la que cada capítulo es mejor que Titanic.
- Está llena de furia, bronca y rebelión contra el sistema, y el protagonista hace catarsis total, cambiando radicalmente.
- Las pausas. Pequeños detalles en algunos capítulos que hacen sentirla real. Arrastrar un cadáver por una casa es pesadísimo y un garrón longevo. Una impresora matriz de punto tarda siglos en imprimir la factura de un hospital. A una mesa de 4 patas parada en 3 hay que arreglarla con algún papel, y cuántas veces hay que doblarlo es cuestión de varias pruebas y errores.
- Bryan Cranston, el actor que interpreta al personaje protagonista, Walter White, también hizo un personaje memorable en Seinfeld.
- El personaje de Jesse comienza siendo un pendejo descerebrado, y al ritmo con el que la tierra gira se convierte en un adulto, tal vez no tan astuto como el profesor White, sí con mucha mejor retórica: sus cicatrices hablan y callan por sí solas.
- Solo por el S03E10, Fly, vale la pena ver todo los capítulos anteriores, so adicción eterna. Las moscas son buenas inspiradoras de películas, esto ya lo sabemos, y que todavía se le pueda dar semejante vuelta es sencillamente tremendo. Obsesión, represión, los asuntos que mejor ni hablar, mentiras que tienen partes de verdad y viceversa, convivencia: todo en 40 minutos.
25 agosto, 2011
Por qué hay que mirar Breaking Bad
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