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27 julio, 2012

Project X

Project X es esa clase de películas que inician una revolución, que marcan un antes y un después, un poco tal vez a nivel formato, mucho en los sentidos personales. La sensación después de verla me recordó a salir del cine a los 15 años después de ver American Beauty entendiendo perfectamente por qué estaba prohibida para individuos de esa edad.

A nivel de formato lo que hizo la película es llevar Blair Witch a una fiesta, quitarle el terror, agregarle toneladas de noche, y multiplicar la cantidad de cámaras, ya que muchos actores fueron provistos de iAlgos, BB y etcéteras que proveyeron las más de 10 horas de footage de donde se sacaron los 90 minutos que dura.

Vamos por parte: primero, por si no lo vieron, el trailer:


La gran revelación del sistema educativo es que, como pidieron los Floyd, no necesita educación: ser popular es lo más importante, como ya le dijese Homero a Bart, que siempre y cuando no matase a nadie estaba bien hacer algo malo para ganar fama; como se quedó pensando la madre de Charlie Bartlett ante la pregunta si en la secundaria había algo más importante que hacerse popular. La peli es eso: unos chicos buscando el respeto de todos los flacos y la libido de todas las chicas. Y cumplieron sus sueños y el de todos los asistentes, a costa de la pesadilla de todos los adultos.

El guión está inspirada en una historia real de un chacal de Australia llamado Corey Worthington que hizo más o menos lo mismo: convocó unos pocos amigos que llevaron unas 500 personas a su casa, terminaron teniendo el carrete de su vida y dejando atrás daños por 20 lucas verdes. Vean una imperdible entrevista hecha por una carola a su organizador:



Un groso. Es increíble su actitud de "me chupa un huevo esta entrevista y todo lo que me puedas llegar a decir", irrisoria para cualquier persona seria. "Puedo pedir perdón, pero no voy a sacarme los anteojos". "-Entrevistadora: Te sugiero que vayas y pienses seriamente en lo que hiciste. -Corey: Lo hice, todos lo hicieron, les encantó". ¡Claro!

Por otro lado, como todo peliculón, su banda de sonido es sublime: todos temones para escuchar al palo. Se la pueden bajar acá abajo en una versión que encontré en el torrent con la excelente fidelidad de los 320 kbps y una carpeta de tracks no oficiales, de la que también se rescatan algunos cortes.
Por suerte está en Cuevana, así que ya mismo la pueden empezar a ver.