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21 marzo, 2010

Querer presente, ser futuro

Siempre existió un matrimonio evidente entre el querer y el ser. Todo lo que hoy somos es porque ayer lo quisimos, en algún tiempo pasado tenemos que habernos visto de la forma en la que actualmente somos. Ambos verbos lucen y engañan con la belleza de su contextura al que los utiliza de forma poética, pues muchas veces esconden deseos, necesidades, miedos y falsas percepciones, pero entre líneas pueden perfectamente leerse el verdadero querer. Todos hacemos lo que queremos, y somos lo que hacemos.
En donde es más obvio este par de cónyuges es en las lenguas de raíces eslavas. En ellas el verbo querer puede ser interpretado como uno de los significados que tiene en castellano: la expresión de un deseo o un no deseo, quiero café, no quiero azúcar. En croata, por ejemplo, querer es htjeti, "hoću kavu" (quiero café). O también puede ser interpretado, cuando está seguido de otro verbo, como una expresión del futuro: quiero ir, quiero volver. Esto es, "ići ću" (iré, voy a ir), o directamente "hoću ići". Finalmente donde la expresión tiene su clímax exhibicionista es en las preguntas, para lo cual es indispensable utilizarlo en la forma completa: "Hoćemo ići?" (¿iremos? ¿vamos a ir?).
Para querer ir a la cama dejo estas dignas combinaciones moebiusanas: "hoću biti" (quiero ser), "hoću htjeti" (quiero querer).