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23 octubre, 2007

Mi Soda Stereo querido

Atención: los siguientes párrafos contienen espoilers, o no...

Este fin de semana 210.000 personas presenciaron el regreso de una leyenda del rock, del pop, y de la música toda, y quien les escribe lo vivió de esta manera (antes de darle play bajar el volumen que el audio del principio está al palo, subirlo durante la reproducción)


Con un show arrasante Soda Stereo demostró por qué sigue siendo la banda más popular de latinoamérica.

Las luces continúan apagadas. Comienzan a sonar las primeras cuerditas de su versión de Someday de Queen, pero no son ellos en vivo sino un playback. La letra es, en demasía, adecuada

La música aturdía y no escuchabas mi canción
inútil fue negar esa distancia entre los dos
ahora todo es bruma y no hay luces que seguir
si piensas volver algún día.

figurando verbalmente lo que los escuchas teníamos en mente: un reencuentro. Yo particularmente sentía como la boca se me tornaba cada vez más blanca del secundarión efecto fasivo, y vibraba entero. Llegaría el movimiento fase uno: personas para adelante, personas para atrás; los quietos hacia un costado y hacia el otro. Salen al escenario haciendo sonar Juego de seducción y a todo el mundo ya le estalla la cabeza. Movimiento fase dos: no saltar es la alternativa más peligrosa, más vale moverse inercialmente con el resto de la masa. De aquí en más todo sería mucha música de todo tipo y una bola de emociones. Dos tipos de movimientos más detectaron mis antenitas de vinil: intenso agite en Prófugos y en, por supuesto, De música ligera; y reposo en Fue, Zona de promesas y Corazón delator; el resto serían una agradable mezcla condimentada con un poco de cada uno.

Pero es así de personal, todo personal. Cómo cuento lo que fue de otra forma tal vez más objetiva si el fin de semana más porteño que viví, tema del que va a tratar el próximo post, comenzó con todo esto, escuchando y sudando con los acrodes y En la ciudad de la furia. Todavía se me pone la piel de gallina, mirá. Y así de personal también el hartazgo que tengan o no con ellos, y con Cerati en particular. A mi me pareció demás cuando dijo, palabra más, palabra menos, "Me acuerdo que esto en mi época era re bailable... Puede volver, porque Soda volvió, ¡y está mejor que nunca!" antes de tocar Sobredosis... despreciable... si hay que decirlo es porque no...

Musicalmente sólo me resta y me sobra decir que el arreglo reggaeton (!!!) sobre el final de Cuando pase el temblor fue lo más brillante que escuché en mucho tiempo. Osadísimo.

He disfrutado. ¡Larga vida a los zombies!

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16 octubre, 2007

Cambiando se entiende la gente

  • La paradoja que caracteriza este presente es que la única constante es el cambio. Cliché, pero aún certero.
  • La fuerza de la innovación es tal que resistirse a ella es fútil.
  • La proyección de una innovación de un campo sobre otro campo puede representar un problema en este último. Tal es el caso de la compresión de datos: solución en informática, problema en las discográficas (ver mp3).
  • Todos saben que los avances tecnológicos representan, para quienes los consiguen, una ventaja competitiva. Luego los ejecutivos y los accionistas los alientan. Todos los tratados de management contemporáneo incluyen un capítulo dedicado a la resistencia al cambio, y todos ellos dicen lo mismo: el empleado raso no comprende este mundo y lo último que desea es adaptarse, por lo que "nuestra labor como managers es enseñarles a" (léase persuadirlos de u obligarlos a).
  • Las innovaciones cuyo desarrollo no requieren gran inversión son las menos controlables por cualquier poderoso.
  • Grabar un disco no requiere gran inversión.
  • Nadie sabe nada respecto al cambio, pero hay algunos que se mueven en él. Los Radiohead ya leyeron estas palabras y publicaron un disco que para poseerlo pagás lo que querés, o directamente ni pagás.
  • Los mismos que alientan el cambio son quienes finalmente más (y con más recursos) lo resisten, evitando admitir el evidente final de lo que sea que obtenían del reposo.
  • La paradoja que caracteriza este presente es que la única constante es el cambio. Cliché, pero aún certero.
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07 octubre, 2007

Be Online B de The Arcade Fire


Esto sí que es una evolución

Los The Arcade Fire siguen demostrando ser una banda con mucho estilo presentando una experiencia multimedia para el tema Neon Bible


Tarda un poco en cargar, pero como lo más seguro es que lo veas varias veces va a valer la pena. IM-PER-DI-BLE.

Y si te gusta la música, si te gustan las flasheadas macromédicas, si te gusta el arte, y si te gusta jugar (o si no no no no), pegate una vuelta por todo el sitio de ellos, sin perderte todo lo de este su último disco.

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Foto por brian boulos

PD: Todavía no puedo creer lo bella que es la foto que encontré para encabezar estas palabras. Gracias Brian.

03 octubre, 2007

Se ve desde abajo

Encontré al portero del edificio cuando estaba por subir a mi departamento. Le recuerdé recordé que el piso del mismo, luego de la inundación, había quedado completamente arruinado. De hecho no era lo único con lo que convivía en dicho estado: el baño había resistido con su propia integridad la caída del techo de la vieja de arriba (cachaca, que dure). Por supuesto, yo también estaba como el baño.
Me aislé en la cocina a desempacar las valijas del traídas del supermercado. Lo de siempre: unas pascualinas, latas de conserva, palitos salados y un fernet. Siento una pequeña alteración de reposo atrás mío, movimiento. El portero estaba, ya, pasandole un secador con un trapo.
-Qué cagadón, ¿eh?
-Ni que lo digas.
Debo haberme olvidado de echarle llave a la puerta. Los porteros tienen la cualidad de, literalmente, entrar en confianza. Debe ser el efecto de recoger nuestra basura todos los días. Luis se llamaba, como casi todos los porteros, pero a diferencia de algunos era un alcohólico arruinado cuya ahora ex mujer lo había dejado por un ahora ex vecino. Ni me imagino como tendrá la cabeza de hacérsela pensando en las veces que juntó los forros usados de ellos. Ahora estaba solo. Hablar con él era bastante agradable, silencioso. En cierto punto estoy seguro que sabía que su rutina de churrasco, vino y televisión no le interesaba a nadie.
Llovía. Doy gracias a la mismísima suerte (a Dios, si se quiere) por haber tenido acceso a esa habitación mágica. Otros errores de cálculos de los constructores del edificio habían conseguido que mi habitación tenga un techo de acrílico que despejaba la visual hacia el paraíso. Demás está decir lo hermoso del paisaje cuando las gotas de agua rompían contra él. Me tiré entre la ropa desparramada a contemplarlo, una vez más.
Recuerdo que me agarró un poco de sueño. El ruido de un trueno bastante cercano retumba adentro mío, pesado, y otra vez sin demasiado sentido me despiertan voces desde la otra parte del departamento. Mateo, que acababa de llegar.
- En un rato cae el resto, ya está todo arreglado.
- Buenísimo.
Se trataba de una de esas improvisaciones en las que no se consulta al más afectado, o sea, a mí, pero no importaba: se hacía o se hacía.
Me parece reconocer a Yamila en una de las que lo acompañaban. No, no tiene los ojazos celestes de la otra, aunque sí es morocha y tetona. Compañeras de la facultad, según me enteraría después.
Me acerqué a saludarla a la noYamila, parecía simpática. Y justo ahí, en ese instante que cambia el hasta ese entonces silencio eterno por ruido, me desperté.

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Foto original por NZ Alex